Esa sensación de vacío, de no saber que estás haciendo con tu vida, que rumbo está tomando, hacia dónde te diriges... o peor aún, saber hacia donde va pero no sentir alegría por ello, más bien duda de si eso es lo qué realmente quieres, si lo mereces, si es lo necesitas.
Sentir tristeza y pesar, un hueco en el pecho que parece que nada logra llenar por completo. Como si estuvieses incompleto, como si algo te faltase, algo tan crucial como el aire.
Ansiar salir y explorar ideas nuevas, empezar proyectos originales que llevabas tiempo deseando realizar, querer probar cosas nuevas, conocer gente y lugares... ¿tienes la sensación de que eso te ayudaría? ¿Sientes que sin embargo no eres capaz de lograrlo? ¿Tienes miedo a intentarlo y al final no haces nada?
A veces..., ¿sientes que te falta el aire? ¿Cómo si estuvieses renunciando a quién realmente eres para ser lo que la sociedad y otros esperan? ¿Qué los sueños a los que una vez renunciaste vuelven ahora a ti y te duele pensar que son imposibles? Pero ellos vuelven igualmente, para recordarte quién eres y quién quieres ser... lo que tu corazón anhela.
Da igual que acalles la voz de tu mente, que silencies tus sueños, que ocultes la emoción que estos provocan en ti. Porque volverán, cuando menos te lo esperes te asaltarán con fuerza, recordándote una vez más qué están ahí, que no se han ido ni se irán.
No puedes enterrar tus sueños por mucho tiempo. Ellos siempre vuelven. Aunque sí puedes enterrarlos de nuevo una y otra vez hasta que fallezcas, pero ¿por qué no lo intentas?
Tal vez los puedas cumplir. Nadie debe ni puede decirte que no, porque solo depende de ti. Solo tú puedes hacerlos realidad y nadie más.
Así que sueña, sueña y sueña. Sigue soñando a lo grande y aprende a escuchar a la voz de tu mente que te susurra quién eres realmente. Sigue a esa voz y cúmplelo.
¿Sabes cuál es el truco? Da el primer paso. El resto serán cada vez más fáciles, hasta que un día no seas capaz de entender por qué no lo hiciste antes.
Si quieres dejar de sentir que no estás siendo tú, que el rumbo de tu vida no es el que deseas... deja de quejarte y afligirte, ponte en pie y comienza a ayudar a tu corazón a soñar y ver sus sueños hechos realidad.
¿Y si no tuvieses claros tus sueños? Fácil: explora cosas nuevas, prueba comidas, lugares, actividades; conoce gente, idiomas, culturas; no le cierres la puerta a nada y puede que descubras algo que te encanta.
La vida no está hecha para que nazcas, crezcas, te reproduzcas si así lo deseas, trabajes y mueras. No. La vida está hecha para que pruebes y más en el mundo interconectado en el que vivimos, ahora casi cualquier experiencia está al alcance de cualquiera. Así que no te encasilles en un camino, en su lugar diviértete explorando y descubriendo sobre los demás y sobre ti.
Dicho esto solo me queda por decirte una cosa: ¡te deseo mucha suerte para que descubras y cumplas tus sueños!
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